lunes, 2 de mayo de 2011

REFLUJO


La palabra reflujo significa ir en contra de un flujo, en este caso, del flujo normal de los alimentos.

La enfermedad del reflujo no es causada por gastritis como todo el mundo cree.

Al ser tragados, los alimentos pasan de la boca a la garganta (faringe), luego al esófago y después al estómago. En el estómago, los alimentos se mezclan con los jugos gástricos, que entre otras cosas se componen de ácido (el cual es necesario para digerir las proteínas). Este ácido no daña al estómago porque el órgano produce una sustancia mucosa que lo protege de la acción del ácido clorhidrico; sin embargo, este mucus protector no es producido por el esófago, la faringe o la boca.
Si los alimentos y el ácido del estómago se regresan al esófago, le producirán irritación y quemaduras, dado que el esófago no produce el mucus que protege al estómago del ácido. Cuando el esófago está constantemente irritado por el ácido del estómago, se presentan los síntomas del reflujo gastroesofágico: amargor (pirosis), tos crónica (que dura más de un mes), falta de aire (a causa de un broncoespasmo), dificultad para tragar (disfagia) y en los casos más graves, dolor al tragar (odinofagia) ó dolor en el pecho que se puede extender al cuello y la mandíbula; este dolor se debe a inflamación del esófago (esofagitis) y puede ser fácilmente confundido con un infarto de corazón.

Esta enfermedad debe ser diagnosticada a la mayor brevedad por un médico, ya que existe un riesgo de desarrollar cáncer de esófago si no se recibe tratamiento oportuno.

Enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE), enfermedad por reflujo gástrico, ó enfermedad por reflujo de ácido se refieren a una enfermedad que se caracteriza por la presencia de síntomas crónicos y daño en la mucosa del esófago a causa de un reflujo anormal del contenido del estómago hacia el esófago.
Lo anterior es debido comúnmente a cambios transitorios ó permanentes en los mecanismos que naturalmente evitan que el contenido del estómago regrese al esófago. Las causas pueden ser una insuficiencia del esfínter esofágico inferior, relajación transitoria del esfínter esofágico inferior, una alteración en la expulsión del reflujo gástrico desde el esófago ó una hernia hiatal (una afección en la cual parte del estómago pasa por encima del diafragma, el músculo que separa el tórax de la cavidad abdominal,y puede ser común en el SED). Si el reflujo alcanza la faringe, se llamará enfermedad por reflujo laringo-faríngeo y producirá pirosis con mayor frecuencia.

El Esfínter Esofágico Inferior (EEI) es la parte final del esófago en su unión con el estómago, y funcionalmente es el encargado de mantener la presión esofágica a ese nivel, mayor que la presión intragástrica, impidiendo el paso de contenido gástrico en sentido inverso.
El ERGE ocurre cuando el EEI no se cierra correctamente y el contenido de estómago se escapa o refluye, hacia el esófago.El contenido gástrico es de pH ácido por lo cual produce la sensación de ardor epigástrico (en la boca del estómago) y si llega a la garganta o boca, tiene un sabor ácido y amargo, síntoma que se denomina pirosis.

El ardor y la pirosis son síntomas comunes, pero no necesariamente significan la existencia de una ERGE. Sólo cuando estos síntomas son reiterativos puede ser considerado el RGE. Cualquier persona, incluyendo bebés, niños, y mujeres embarazadas, pueden presentarlo.

Después de una comida, el EEI sigue estando generalmente cerrado. Cuando se relaja, permite que partículas de ácido y/o de alimento refluyan hacia el esófago. De pacientes con RGE, la distensión gástrica inducida experimentalmente aumenta el número de las relajaciones transitorias de EEI, que son la causa principal de los episodios del reflujo. En la medida que el número de relajaciones transitorias del EEI aumenta, la frecuencia de los episodios de reflujo aumenta, de tal modo que el tiempo acumulativo de contacto del material ácido con la mucosa esofágica aumenta.

Los pacientes con reflujo patológico experimentan a menudo muchos episodios de reflujo de corta duración y/o varios episodios prolongados donde el ácido puede permanecer en el esófago por hasta varias horas.

Las lesiones histopatológicas asociadas al RGE incluyen eritema, erosiones aisladas, erosiones confluentes, erosiones circunferenciales, úlceras profundas, el reemplazo del epitelio del esófago normal con el epitelio intestinal (Esófago de Barret).Otras lesiones asociadas indirectamente son la aspiración pulmonar, la tos crónica, y la laringitis.

El reflujo puede ser desencadenado por una serie de factores como: el aumento de la presión abdominal (por embarazo, obesidad, uso de fajas), por ciertos medicamentos (antagonistas del calcio, anticolinérgicos), recostarse después de la ingesta de alimentos, ciertos alimentos (café, te, chocolate), por el tabaco, ciertas enfermedades (esclerodermia).
La hernia hiatal es una condición que predispone al reflujo. Ocurre cuando parte del estómago se desplaza a través del hiato diafragmático (agujero en el diafragma por el que el esófago pasa al abdomen) desde la cavidad abdominal hacia el tórax. La localiazación anormal del estómago hace que se ejerza presión externa sobre el contenido gástrico lo que promueve el reflujo. Además en ausencia de hernia hiatal, el EEI y el hiato diafragmático están alineados y de alguna forma el segundo refuerza al EEI; esta relación está perdida en la hernia hiatal.
El reflujo suele ser asintomático si no existe esofagitis. La pirosis es el síntoma más frecuente, pudiendo aparecer también regurgitación de ácido, dolor torácico o disfagia. La odinofagia (dolor con la deglución) es un síntoma raro en esta enfermedad y si es importante se debe sospechar la existencia de una erosión o una úlcera esofágica.También pueden aparecer hemorragias, faringitis, laringitis y, debido a las aspiraciones de contenido gástrico, crisis de broncoespasmo similares a las crisis asmáticas, neumonías aspirativas o incluso fibrosis pulmonar.

►La esofagogastroduodenoscopia es el examen más utilizado para el diagnóstico de reflujo gastroesofágico. Puede detectar lesiones en la mucosa esofágica como erosiones y úlceras que son producidas por el reflujo gastroesofágico. Al encontrarlas se puede diagnosticar una esofagitis por reflujo gastroesofágico. También puede diagnosticar la hernia hiatal que predispone al reflujo. Es posible y frecuente que este estudio sea normal en un paciente con RGE. Cuando hay reflujo y no se encuentran erosiones se suele clasificar como enfermedad por relujo gastroesofágico no erosiva.

►Otro estudio utilizado es la manometría esofágica, en el cual se mide la presión del EEI y la movilidad del esófago asociada a la ingesta de líquidos.

►Otro estudio más avanzado es la impedanciometría en la cual se mide la presencia de líquidos en el esófago. Es de particular utilidad cuando el reflujo es de sustancias no ácidas (que tienen un pH alto) pero que producen síntomas, como la pepsina y los ácidos biliares. El principio se basa en medir las diferencias de conductividad eléctrica en el esófago distal provocadas por la presencia de líquido en la luz del mismo, por tanto no depende del pH del líquido asociado al reflujo.

Actualmente el tratamiento del reflujo se basa en la supresión del ácido provocado en el estómago. Los medicamentos que han mostrado ser efectivos son los inhibidores de la bomba de protones como el omeprazol, el lansoprazol, el pantoprazol, el rabeprazol y el esomeprazol. Los síntomas de la esofagitis erosiva característica de ciertos estudios avanzados del reflujo gastroesofágico tienden a recurrir en más del 80% de los pacientes antes de los 6 meses después de descontinuar la administración de inhibidores de la bomba de protones. Por esa razón, puede que sea necesaria una terapia de mantenimiento a largo plazo con una dosis completa o a mitad de la dosis para inhibir la recurrencia u otras complicaciones de la enfermedad.

Otros medicamentos como los bloqueadores de los receptores de histamina 2 (cimetidina, famotidina, nizatidina, ranitidina) y los promotílicos como la metoclopramida y la domperidona no son tan efectivos en el tratamiento de esta patología.

En episodios de reflujo no ácido, el tratamiento supresor del ácido no tiene utilidad, se deben usar promotílicos y algunos antidepresivos, desgraciadamente este tipo de reflujo suele tener peor respuesta al tratamiento.

Cuando existe hernia hiatal, se puede usar la alternativa quirúrgica para el tratamiento del RGE. La cirugía más utilizada es la fundoplicatura de Nissen. En esta cirugía se toma parte del fondo gástrico y se tracciona alrededor del EEI, posteriormente se fija. Esto cura la hernia hiatal. Es efectivo para los pacientes que han mostrado respuesta adecuada a los inhibidores de bomba de protones. Los pacientes refractarios a este tratamiento son malos candidatos para esta cirugía.

Para prevenir la acidez gástrica, evite los alimentos y bebidas que pueden desencadenar los síntomas. Para muchas personas, éstos incluyen:
El alcohol
La cafeína
Las bebidas carbonatadas
El chocolate
Los jugos y frutas cítricas
Los tomates
Las salsas de tomate
Los alimentos picantes o grasos
Los productos lácteos ricos en grasa
La menta
Una variedad de menta

Si otros alimentos le causan regularmente acidez gástrica, evítelos también.

Evite agacharse o hacer ejercicio justo después de comer
Evite vestidos o cinturones que le queden muy apretados alrededor de su cintura
No se acueste con el estómago lleno. Por ejemplo, evite comer dentro de las 2 a 3 horas antes de acostarse.
No fume.
Consuma comidas más pequeñas.
Baje de peso si tiene sobrepeso.
Reduzca el estrés.
Duerma con la cabeza levantada aproximadamente 6 pulgadas. Haga esto inclinando toda la cama o usando una cuña bajo el cuerpo, no simplemente con las almohadas normales.

FUENTE
http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/ency/article/000265.htm
http://es.wikipedia.org/wiki/Reflujo_gastroesof%C3%A1gico

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