martes, 27 de junio de 2017

MI PADRE.


Mi padre era médico psiquiatra, fue médico porque quería ser psiquiatra pero parece que en realidad quería ser psicólogo y en una época era mal visto así que hizo lo que pudo, y pudo mucho, él era pobre y estudió medicina con libros prestados, escribiendo a mano hasta hacerse un sobre hueso en los dedos, trabajando para poder pagar cosas del estudio...
Mi padre murió hace poco, el jueves pasado.
Yo quería ser bióloga para estudiar genética pero no fue algo motivado por él, nunca hablaba de medicina, ni de los "locos" por lo menos conmigo, nos gustaba hablar de la vida, de las cosas, de los colores, de las formas, de los cristales con que las personas miran.
Cuando yo tenía al rededor de 20 años casi no hablábamos porque estaba separado de mi madre y nos veíamos poco, luego fue peor porque se instaló en San Martín de los Andes; nos hablábamos cada tanto pero nuestra forma de comunicación favorita eran las cartas y fotos escritas en el reverso.
Aunque siempre escribí cuentos, poemas, relatos, solo nos escribíamos cosas como: "qué hermosa se ve la vereda y los coches tapados de pétalos de flores del paraíso!! parece nieve en plena primavera... y su perfume embriaga las noches".
Nos gustaba sacar fotos, pintar y dibujar, el arte asiático, viajar, escuchar música buena, los libros y artesanías... él dibujaba y pintaba tan bien que en concursos de médicos pintores ganó varios premios.
Cuando se fue de casa dejó muchas cosas que guardé yo, y en éstos últimos años estuvo mandando encomiendas con cosas que quería darme ( libros de medicina para Nico, pinceles y pinturas para mi y Tomi, etc) sin saber yo que él estaba preparándose para la despedida...
Al final aún siendo médico cuando Nico se enfermaba él hacía poco y nada; "no lo podía ver enfermo" así que se iba... fue un tiempo en que me enojaba mucho que ni siquiera viéndolo cómo estaba me acercara a un hospital o lo que fuera, hasta que un día pudo pero no vino nunca más.
No podía pronunciar la palabra "ASMA" cuando le dije que me diagnosticaron eso, decía " esos episodios de bronco-espasmos que te suelen dar a vos".
Nunca sabré si era negación pero hasta para decir "nieto" buscaba otras palabras y decía " el hijo de mi hija"; por lo tanto como médico nunca estuvo en cuestiones del SED y como padre se le hacía difícil hablar de muchas cosas, sobre todo de enfermedad según él porque "le hacía mal", ese "le hacía mal" llegó hasta el punto de nunca contarme que andaba por Buenos Aires visitando especialistas, ni que estaba enfermo terminal, él decía que se ponía muy mal si lo veíamos así, que estaba frágil y no quería estresarse más de lo que estaba.
Varias veces lo vi mal como cuando tuvo el pico de glucemia y se le viró un ojo, o cuando se cayó en le parque y con una piedra se reventó la cara, como cuando estuvo flaco porque no comía por depresión, etc... ahora no quería que lo viera hinchado porque ya no funcionaba su hígado, y eso no era lo peor, lo malo era verlo rascarse hasta sangrar y notar que su ropa estaba pegada a su cuerpo y ver las manchas de sangre y líquido amarillento en su cama.
Aparentemente no funcionaba su  hígado y después le dejaron de funcionar los riñones, las toxinas llegaron a su cerebro y entró en una especie de coma, luego un coma profundo y luego murió, todo en pocos días pero además supuestamente estaba teniendo un cáncer insipiente en el hígado muerto!! ( ya no sé qué pasó, pero un especialista en hepatología quería ver eso... él no quería).
Él no quería que supiéramos qué tenía, él no quería que lo fuéramos a ver así; él quería morir en su cama en San Martín de los Andes, sin que lo abran, sin que lo pinchen tanto pero no pasó nada de eso.
Su actual mujer nos avisó para que fuéramos a verlo, solo nos lo dijo porque ella no estaba logrando que él quisiera hacerse una biopsia ( de algo que según él ya no tenía sentido más que ser útil a la ciencia).
ella estaba perdiendo la batalla y por eso nos llamó, gracias a eso pudimos despedirnos a nuestra manera.
Alguna vez hablamos del SED? si, algo de eso también hablamos tres días antes de su muerte; nos pidió perdón a mi madre y a mí por no entender lo mal que nos sentíamos en algunos momentos de nuestras vidas por culpa del SED, ahora que él estaba mal y tenía los mismos síntomas pensaba en lo difícil que fue para nosotras vivir así y tener un pariente médico que nos desacreditaba; nos pidió perdón porque estaba muriendo y en su nueva incomodidad tuvo tiempo de ver muchas cosas.
Otro momento en que hablamos del SED fue cuando le presenté mi libro pero incluso ahí más que nada el tema derivó en la tristeza que le daba ver los puntos en común que tuvimos con esa historia, y otro  cuando estaba enclaustrado en su casa y se entretenía buscando cosas en Internet, buscaba información y me la pasaba como una novedad cuando en realidad esos temas yo ya los tenía muy desarrollados en éste blog, o me daba nombres y logos para formar un grupo ( no entendí si era que no me escuchaba o porqué insistía en algo que me había cansado de contarle que ya tenía), una de las veces que hablamos del SED fue cuando viajé a Brasil para un congreso, pero no hablamos del SED solo de cómo viajar y muchos planes para manejarme lejos de acá contando con su basta experiencia en viajes que él hizo hacia allá. 
Practicamente no hablamos del SED, era más fácil hablar de las formas que tenían las nubes en ese momento mientras comíamos una provoleta en la costanera. 
Como todo médico o psiquiatra me decía que el dolor físico venia del dolor espiritual, mental, o de otro lado... que no aguantarse una molestia era querer seguir siendo un chico para que todo lo hagan los demás, en pocas palabras me decía lo mismo que cualquier otro médico pero con la carga extra de que era mi padre y tampoco había empatía ahí. 
Tal vez empezó a tener una conciencia más clara del asunto cuando empecé a llevar a mis hijos a sus pagos, cuando vió que lo flaco de Nico no era algo que me parecía a mi, o cuando vió a Tomi con su cansancio crónico y su espalda torcida; entonces las encomiendas empezaron a tener cosas que nos pudieran servir como alimentos que yo no podía comprar en cantidad: cereales, frutas secas, pescado en lata, Ensure, etc.
Fueron 4 o 5 años de encomiendas que mejoraron notablemente la salud de los chicos, lo último que les regaló fue hace un mes la plata para comprar colchones nuevos, de buena calidad para sostener sus huesos y que no estuvieran doloridos o contracturados; fue lo último que hablo con ellos, sobre los colchones.

Tal vez suene irónico pero entendió lo que hacía el SED en nuestras vidas cuando  estaba muriendo, y así como él todo lo interpretaba (como buen psiquiatra); la verdad yo no sé cómo interpretar ésto. 




2 comentarios:

  1. Tremendo relato mi querida Vic. Ante todo darte mis condolencias, lo lamento mucho. Quédate con lo bueno, y es que al final comprendió lo que es vivir con SED y pidió perdón. Quédate con los bellos recuerdos. Un beso amiga.

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  2. Lamento tu pérdida y bueno el sed es una lucha dura y en la que te sientes solo

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